martes, 11 de septiembre de 2007

Busqueda y Manejo de la Información

Buscando y manejando la Información
Dr. Pablo Mingote

Introducción General

La Información: Uno de los fenómenos del fin de siglo pasado es la dinamización y complejización de los Conocimientos Médicos y el acortamiento progresivo del reciclamiento de los mismos, de lo que se deduce que la actualización es una obligación permanente del profesional médico.

Paralelamente la tradicional metodología de acercamiento a la Información ha sido revolucionada por los avances en la misma Teoría de la Información y en la Tecnología disponible. Lo que antes era un largo proceso de recuperación de información ha sido reemplazada por una oferta hiper dimensionada de la misma, causando el efecto contrario que es la desinformación. Algunos de los puntos que contribuyen a ello son el volumen, la no clasificación y la no validación de la Información, amén de distorsiones provocadas por intereses comerciales subyacentes.

El Conocimiento: Siguiendo el modelo postmodernista del hombre “light” pareciera que es a la moda estar informado y mejor si se usa para ello el último artilugio tecnológico. Sin embargo nuestra responsabilidad como profesionales médicos nos debe hacer pensar en este punto. La Información de por sí no tiene un importante valor intrínseco, sino que su transformación en Conocimiento práctico y aplicable al accionar diario en procura de dar una mejor opción de vida a nuestros pacientes y a la población en general, es lo que la coloca en un foco de interés prioritario para los profesionales médicos.

La Teoría y Técnica de la Información vienen en nuestra ayuda haciéndonos ver que el proceso de convertir el diamante en bruto de la Información, tal como se recibe, debe llevar implícito una acción de análisis, jerarquización y validación de la misma.

El Análisis de la Información es el desarrollo de nuestra capacidad crítica para discernir entre lo útil y lo superfluo o no importante, de ver la diferencia entre cambios cuantitativos y cambios cualitativos de un conocimiento previo, en definitiva erigirnos como seres pensantes y criteriosos, con responsabilidad profesional ante las circunstancias actuales.


A continuación la Jerarquización permite ordenar en un rango de valores la Información, y haciendo uso de la economía de tiempo y esfuerzos dedicarnos a aquello que signifique una real aplicación útil a nuestro accionar médico cotidiano. Esto no excluye el no tomar conocimiento de elementos sofisticados, dado que siempre en ellos, por similitud puede haber principios relacionados a otros temas menos complejos. Lo nuevo no siempre es lo mejor, y rápidamente será “lo viejo”, pero no desperdiciemos los contenidos tras la superficie.

Procesar la Información lleva implícito una acción de análisis, jerarquización y validación de la misma.Finalmente debemos considerar la Validación de la Información, que actúa durante los dos niveles precedentes. En ella ponemos una ponderación de la exactitud, origen y mecanismos de elaboración de la Información suministrada.

Internet es uno de los instrumentos más útiles que hoy poseemos para la Información, pero debe establecerse una clara diferencia entre capacidad tecnológica y capacidad de raciocinio. Las cada vez más sofisticadas máquinas y los brillantes medios de comunicación, deben ser instrumentos al servicio del médico y al desarrollo de su objetivo fundamental, antes mencionado.

El Dr. Jadad expresa que el rápido crecimiento de Internet ha disparado una revolución en la Información de imprecedente magnitud. Por fuera de los obvios beneficios, el incremento de la disponibilidad de la Información si no se usa apropiadamente puede resultar en varios efectos potencialmente dañinos, tanto para los pacientes como para los profesionales médicos, (1).

Un editorial de The Lancet menciona en 1997 sobre la existencia de 4 millones de sitios Web (2), con crecimiento exponencial. Los Buscadores (Search Engines) solamente logran clasificar el 20 % de los sitios Web disponibles, pero de todos modos, aun desorganizada, la oferta de información es importante y posible de utilizar.

El buscar y encontrar la información es sólo el punto inicial, después del cual debemos por nosotros mismos elegir los recursos apropiados para guiar nuestras decisiones. Juzgar cuando una información es aplicable y creíble puede presentar un mayor desafío que el hecho mismo de encontrarla (1).

En los albores del surgimiento de la Web se editorializó ampliamente en las revistas médicas sobre las capacidades y oportunidades que la misma ofrecería a la comunidad médica (3) (4). Con el correr del tiempo se comenzó a visualizar que la “Supercarretera de la Información” tenía aspectos específicos en el área médica que debían ser considerados. La Web carece de un control ya sea gubernamental o privado, lo que es muy oportuno para masificar la información, y se estableció que dicho control iría en contra del espíritu de esta nueva tecnología de las comunicaciones. Lo cual desde mi punto de vista es totalmente correcto. Pero en el área médica Internet muchas veces mas parece una conversación de cocktail que un arma para la efectiva comunicación y decisión (5).

Navegar por la Web mínimamente nos exige estrictos criterios de evaluación del contexto, relevancia y utilidad de la información ofrecida. Surge así la necesidad de elementos técnicos de validación de los lugares Web. El Canadian Cochrane Network and Centre, grupo que trabaja en el tema de la Medicina Basada en la Evidencia, propone una serie de criterios para la valoración en base a especificaciones sobre el curriculum de los autores y la atribución de la información suministrada, el origen de los fondos utilizados o tipo de presencia de empresas comerciales o instituciones particulares, las fechas en que la información ha sido colocada en la Web y cuando ha sido su última actualización (1) (5). Otros autores han propuesto escalas de validación sobre la base de la exactitud, comprensibilidad y objetividad de la información (6). Por su lado la Health On the Net Foundation también ha establecido cuestionarios de validación y ha efectuado mediciones sobre los resultados de la encuesta (7) (8). El mensaje es que quienes navegan por la Web mínimamente nos guiemos con estrictos criterios de evaluación del contexto, relevancia y utilidad de la información ofrecida, excluyendo superficiales evaluaciones sobre la base de la facilidad de encontrar el sitio Web o el material buscado dentro de él, o la forma de presentación o animación del mismo (9).

Como sus hábiles mentes adivinan la información científica médica en Internet, en su gran mayoría, no está organizada, jerarquizada ni validada. Hay por supuesto excepciones provenientes de organismos oficiales o fuentes de reconocimiento mundial. Sin embargo para la búsqueda sistemática de información específica no existe aún una clasificación por lenguaje controlado, como el que se utiliza en las bases de datos médicos, y los refinamientos de búsqueda son muy elementales, a pesar de poder utilizar conectores lógicos.

Por ello podemos afirmar que la primera fuente de información médica lo siguen constituyendo los libros y revistas de la especialidad (en papel o electrónicas), las bases de datos médicas tipo Medline de la NLM, con lenguaje controlado y múltiples opciones de refinamiento para realizar una correcta estrategia de búsqueda. Internet es el perfecto complemento de esta primera información, siempre y cuando se conozcan sus virtudes y limitaciones, o al menos se sepa que estas existen. La utilización incorrecta de Internet lleva a la no utilización de su verdadero potencial. Se desperdician sus valores agregados como son la interacción con la Información, las posibilidades de comunicación con el ámbito científico mundial, el desarrollar acciones comunitarias de socialización de información sobre pacientes, el intercambio en línea con otros especialistas, la realización de discusiones u organización de trabajos o protocolos rompiendo las barreras de las distancias geográficas o del idioma, etc.
Es fundamental que al enfrentar la pantalla del explorador de la Web se debe tener un planteo claro del sentido de la acción que se emprende. El “¿para qué?”, el “¿por qué?, las ventajas y restricciones de su uso, y los criterios de validación adecuados. Internet no es lo que pensamos que es, pero es en realidad mucho mas que lo esperado. Es una herramienta más en la técnica y tecnología de la obtención de la Información.

No hay comentarios: