martes, 11 de septiembre de 2007

Procesador de Texto


El Procesador de Texto es quizás, en lo que hace a la Comunicaciones, el desarrollo de salto cualitativo más importante junto con la Imprenta de Gütemberg e Internet. No se trata solo de una sofisticada maquina de escribir, con posibilidades de corrección ortográfica y de estilo automáticas, sino que se constituye en un poderoso Procesador del Pensamiento. Permite liberar sin trabas las ideas en cuanto fluyen (tormenta mental o brainstorm), poner la mente fluyendo a través del teclado, con las posibilidades de la edición, pegado de textos generados previamente, inclusión de citas bibliográficas, aclaraciones al pie de página, etc. Pero todo ello naciendo instantáneamente junto con el pensamiento, sin importar como será la estructura final que surgirá. Así como algunos cultivan la expresión corporal como una manera de expresarse, el Procesador de Texto permite la expresión del propio pensamiento, de las sutilezas y matices de las propias opiniones y experiencia.

La posibilidad de “edición” (en su acepción de modificar y corregir) permite no solo ordenar luego para que todo parezca prolijo. Cumple otra función, al menos para mí, más importante. Logra el doble juego de autor -lector y de lector – autor, crítico de la propia producción, logrando así un conveniente refinamiento y exactitud de lo que queremos expresar.

Actualmente servicios en Internet, como el Gmail, permiten la edición de documentos de texto en forma online, simultánea y compartida con personas que uno invita a ello (Gmail Documents). Otra incorporación reciente es Google Bloc de Notas que permite cortar y pegar mientras se navega por Internet, y es disponible desde cualquier computadora a la que se tenga acceso.

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